Dice la ciencia ficción andina que la ruina no es un rastro del pasado sino una clave para leer el porvenir. Testigo de un mundo lejano, cada ruina lleva consigo un relato mítico con sus historias de orígenes y sus anhelos de futuro. Ahora que nos adentramos en la Sexta Extinción, con un ritmo vertiginoso de desaparición de ecosistemas, es quizás buen momento para volver la mirada a otras extinciones –remotas en el tiempo o en el imaginario, todo depende de la perspectiva– y al modo en que nos relacionamos con los colapsos en curso: con qué saberes y tecnologías, qué mitos y ficciones, desde qué idea de porvenir.
Esta exposición muestra proyectos artísticos que, desde ángulos diversos, tratan sobre mundos desaparecidos o al borde de la extinción. Se inicia en los Andes, con una obra inspirada en los sistemas de cálculo precolombinos que cayeron en el olvido con la colonización, y acaba en la zona cero de la ruina medioambiental, los bosques de la Amazonía, cuyo rastro un día hablará de la civilización que los vio perecer. Entre estas obras, que aluden a sendas extinciones –una hundida en el pasado, otra probablemente futura– se despliegan otras: reales o imaginadas, técnicas y ecológicas, humanas o no. Todas tienen en común que, al igual que las ruinas, condensan muchos tiempos y significados a la vez. Cada extinción es un mensaje encriptado que un mundo que desaparece deja para el siguiente.